¿Qué hacen los seis colombianos que, para el MIT, innovan con impacto social?
- PseudoFreeze
- Oct 28
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Son menores de 35 años y de acuerdo con el MIT Technology Review, se destacan dentro de su comunidad por ser líderes “innovadores, pioneros y agentes de cambio en el mundo”.
¿Por qué no soñar más allá de las fronteras? ¿Por qué no pensar en que algo que funciona en otro rincón del mundo también puede aplicarse en este lado del mapa? ¿Por qué no arriesgarse a lanzar una idea, pulirla con muchas personas, moldearla y probarla, si más se gana intentando que quedándose quietos? Pues, poco a poco y cada uno con su camino recorrido, su propia historia, es el tipo de persona que busca el IU35 LATAM, es decir, “Innovator Under 35 Latinoamérica”, la “plataforma más potente para dar a conocer a los jóvenes que trabajan en tecnologías que servirán de motor de cambio para el bienestar y la economía”, como se autodenominan, y que hace parte del MIT Technology Review.
“Creada en 1999, Innovadores menores de 35 es la mayor comunidad mundial líder de innovadores, pioneros y agentes de cambio social en el mundo. Su objetivo es descubrir y presentar la más creativa, inspiradora y revolucionaria tecnología y a los jóvenes que la están haciendo posible. En Latinoamérica, la comunidad suma más de 436 jóvenes en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. El programa conecta las mentes más brillantes con expertos de alto nivel nacional e internacional que contribuyen al desarrollo y transformación de sus ideas en empresas exitosas”, es como se presentan.

Por el lado de Visionarios, que son quienes tienen una “mirada larga y pasión intacta”, que “definen a los innovadores que van siempre más allá: anticipan el futuro mientras construyen el presente”, la cuota colombiana estuvo en manos de Juan Echeverry, de Petalii. En Humanitarios, que son los que “piensan siempre más allá de ellos mismos y entienden que sus ideas y proyectos deben contribuir al bien común y a dejar este mundo un poco mejor que como lo encontraron”, aparece el nombre de Juan Pablo Ospina, de Emerge. Y finalmente, en Pioneros, que son los “primeros en llegar y proponer nuevas soluciones a problemas complejos”, que “entienden la tecnología como la oportunidad para solucionar un problema”, los reconocidos fueron Alejandro Rendón, de Opex; y Marybel Montoya Álvarez, de Fungi Life.
¿Qué hace cada uno? “Isabel Pulido, biodiseñadora por la Universidad de los Andes, ha desarrollado una solución llamada NanoFreeze que busca revolucionar la industria de la refrigeración mediante el uso de bionanotecnología. Este avance promete reducir significativamente el consumo de energía y las emisiones de CO2, al tiempo que ayuda a mantener de manera eficiente la cadena de frío. NanoFreeze se centra en la creación de productos de refrigeración basados en una bionanotecnología que permite congelar agua a temperaturas superiores a los 2°C y mantenerla en estado sólido hasta 200 horas sin necesidad de energía adicional, según aislante térmico que se utilice. La solución, desarrollada a través de la funcionalización de proteínas en partículas nanométricas, es capaz de duplicar la capacidad calorífica del agua, lo que prolonga la conservación de alimentos y medicamentos en condiciones óptimas durante más tiempo”.
Lina Aramburo desarrolló Ecobot, “unas máquinas para la recogida de botellas de plástico, latas y Tetrabrik que, a cambio de los envases, entrega un cupón de descuento para utilizar en restaurantes, tiendas, aplicaciones y marcas asociadas. “Ecobot es un medio con el que conectamos el compromiso ambiental de las empresas con el compromiso ambiental de las personas. No solo ofrece una forma innovadora de reciclar y disponer los envases, sino que también proporciona a las marcas una herramienta efectiva para comunicar su compromiso con la sostenibilidad a través de nuestras máquinas donde pueden personalizar los Ecobot y entregar cupones de descuento por reciclar””, detalla la ingeniera industrial cum laude por la Universidad ICESI a MIT Technology Review.
Juan Echeverry “se dio cuenta de que pese a la importancia del sector agrícola, “los pequeños agricultores no cuentan con la capacidad instalada y la logística para exportar su producto”. Ante esta realidad, decidió impulsar Petalii, una plataforma que compra directamente a los pequeños productores y que vende sus flores a todo el mundo. Además, es una empresa social. Petalii no solo es una comercializadora: también ofrece formación a los productores y oportunidades de financiación a los más de 50 agricultores con los que trabajan. “Les damos capacitación, les garantizamos la compra del 100% del producto, les financiamos y les brindamos un precio superior al mercado gracias a nuestras eficiencias en el modelo de negocio””.
Juan Pablo Ospina creó Emerge, “un proyecto con enfoque social que empodera a las comunidades rurales formándolas en cómo criar insectos utilizando desechos orgánicos para producir alimentos para animales y biofertilizantes. Los ingresos derivados se invierten en llevar programas educativos a los jóvenes rurales. Emerge fabrica dos productos para el sector agrícola. En primer lugar, larvas de mosca soldado negra como alimento para pollos, pescado y cerdo, lo que ayuda a los agricultores a vender harinas a menor coste de producción. Por otro lado, un biofertilizante que se puede usar para cultivos y reemplazar los productos químicos”.
Alejandro Rendon, creó una solución que “consiste en la generación de hidrógeno verde para vehículos de carga a través de una microcentral hidroeléctrica y un proceso de electrólisis, algo particularmente novedoso en Colombia. Es un proyecto pionero que reduce el 30% de los costes operativos de los vehículos al repostar con una energía más limpia y barata”, describe el MIT Technology Review.




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